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domingo, 3 de agosto de 2014

LIBRO SOBRE LA RESTAURACIÓN SUGIERE QUE VERDADERO CUARTO HEROE DE LA PATRIA ES SANTIAGO RODRÍGUEZ, NO LUPERÓN

La historia la escriben los vencedores, muchas veces acomodada en crónicas o bitácoras de guerra, que sirven para acomodar acontecimientos y actuaciones de personajes.

TONY RODRÍGUEZ

SANTIAGO DE LOS CABALLEROS.- La historia de la Restauración nos brinda un pedestal que ha estado ocupado por alguien que no le corresponde, tiene el suyo propio, el que forjó con sus hechos, sus talentos y virtudes, pero el que usa no le corresponde.  Así narra textualmente el investigador social y político, Papo Fernández la introducción de su libro “General Santiago Rodríguez Padre de la Restauración de la Independencia Dominicana”, para justificar que el General Gregorio Luperón ocupa el podio de cuarto héroe de la Patria, que realmente debería corresponder a otro héroe.

Gregorio Luperón ha estado usando con el permiso de todos los presidentes dominicanos, los presidentes del Senado y presidentes de la Cámara de Diputados, los alcaldes, profesores y con la anuencia de casi todos los historiadores el podio del cuarto hombre de la Patria, ese lugar tiene un dueño y se llama Santiago Rodríguez, sentencia el escritor.

El legislador e historiador de nuevo cuño, Papo Fernández, quien es nativo de la provincia del libertador Santiago Rodríguez, plantea que los datos que aporta su investigación servirán para abrir un debate sobre el tema de la Restauración de la Independencia Dominicana.

Otro aporte de la obra, es que el real Monumento a los Héroes de la Restauración no es el Monumento a la Paz de Trujillo o Monumento de Santiago, -señala Fernández-, que en 1963, en homenaje al primer centenario de la Restauración, se erigió a la entrada del municipio Sabaneta por orden del presidente Juan Bosch, el real Monumento a esa gesta heroica.

Santiago Rodríguez, hijo de Vicente Rodríguez y Josefina Masagó, nació el 25 de julio de 1810. Su lugar de nacimiento no es consensuado aun por los historiadores, algunos dicen que en Cabo Haitiano, otros en Dajabón y otros en Santiago. Se casó con Josefina Bueno, en La Ermita de Sabaneta, el 25 de abril de 1852.

Héroe de la Guerra de la Independencia y también de la Restauración. Participó en la Batalla de Sabana Larga, junto al general Franco Bidó el 24 de enero de 1856, con la que cerró la guerra separatista contra Haití que duró 12 años.

La obra sostiene que La Guerra de la Restauración no inició el 16 de agosto de 1863 con el Grito de Capotillo, sino en 1861, con las reacciones contra Pedro Santana y los consecuentes fusilamientos de José Contreras y Francisco del Rosario Sánchez en San Francisco de Macorís y San Juan de la Maguana, respectivamente.

En Sabaneta se iniciaron las primeras reacciones organizadas por el general Santiago Rodríguez, a las que se unieron Lucas de Peña, José Cabrera, Pedro Antonio Pimentel, Benito Monción, Pepillo Salcedo, Ignacio Reyes, José Mártir, Norberto Torres, Juan Antonio Polanco, José de la Cruz Álvarez, José Ramón Luciano, José Barrientos, Antonio Batista, Pedro Thomas y otros.

APARECE LUPERON EN ESCENA
“En 1862… se encontraba en Sabaneta  un joven puertoplateño de apenas 22 años, usando el nombre de Eugenio, con la rara historia de que se estaba pasando por médico, algunos dicen que de curandero… y es el Padre Juan Pineda quien lo presenta al general Santiago Rodríguez y quien a la vez descubre su identidad, era Gregorio Luperón…”

De esta forma describe el autor Papo Fernández al joven de 22 años, que llega de anónimo a Sabaneta, a involucrarse junto al general Santiago Rodríguez a las luchas restauradoras.

“Lo que hay que imaginar aquí no es más que una escena entre un joven valiente e inteligente ante un general que había estado en las batallas de independencia y con una recia personalidad que le daban a Santiago Rodríguez sus 52 años de edad”, delibera Fernández.

Pág 32: “Luperón escoge ir a Sabaneta porque sabe como todo el mundo que ahí vive el líder del movimiento restaurador y como joven al fin, no conocía ni tenía contactos con Benito Monción, José Cabrera, Pedro A. Pimentel y todos los demás miembros del movimiento”, pondera.

“…no es cierto que Luperón estuviera presente en la Sublevación de Sabaneta como lo narran algunos historiadores copiando su propia autobiografía novelesca, los cuales dicen que al fracaso de la intentona se refugió en los campos de La Vega, sino que son las responsabilidades dadas a Luperón de dirigir el Cibao Central las que explican ese hecho”.

“Y más adelante, su aparición en el escenario de las luchas después del 16 de agosto de 1863, específicamente el 2 de septiembre cuando Gaspar Polanco dirige la batalla de Santiago, insistiendo algunos que (Luperón) salió de su escondite en La Vega”.


Papo Fernández concluye con su sarta a Luperón diciendo: “Además, en el monumento hecho en honor a los restauradores por los acontecimientos ocurridos entre el 22 de febrero y el 16 de agosto de 1863, en Sabaneta, se recogen los doce principales hombres que estuvieron combatiendo frente a Hungría y Gaspar Polanco ese febrero y marzo de 1863, lista esta traída de los archivos que en su época se encontraban en el ayuntamiento municipal de Sabaneta, del cual era síndico a la fecha Ambrosio Echevarría, quien renunció para apoyar a los restauradores, convirtiéndose él mismo en uno, y esa lista fue confirmada en la celebración del centenario de la Restauración en el año 1963 por la comisión creada por Juan Bosch para dicha conmemoración y que presidiera Max Henríquez Ureña, y no se le ha ocurrido a nadie decir que falta el nombre del general Luperón, porque está claro que no estuvo ahí”. 

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