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martes, 28 de julio de 2015

En Montecristi el orégano se da silvestre y el chivo lo agradece


Morro de Montecristi

Reloj, monumento montecristeño


San Fernando de Montecristi.- Una carretera en excelente estado comunica a Montecristi con Santiago y el resto del país.  A partir de Jaibón, por todos lados está la oferta en el camino: Chivo picante, chivo al horno.

Provincia que fue declarada por el gobierno dominicano como polo turístico, debido al exuberante paisaje que promueve la costa y su característico morro, un peñasco erguido a la par de la mar.

Ya en el pueblo, una señora de unos 70 años de edad, oferta un domingo en la tarde el producto que tras un día de andar a pies, no ha podido vender: Orégano molido. Es que en esta urbe de mar y bosque seco, se da silvestre el ingrediente que sirve para sazonar el chivo.

Como en Samaná el coco se da silvestre y todo lo de comer acompaña, lo mismo pasa en Montecristi con el chivo y el orégano. La sal, producto que se extrae de la mar y el chile o ají que se da en la campiña, completan la especialidad gastronómica de esta provincia de la República Dominicana.
 
Un día de verano con temperatura sobre 33 grados celcius, la entrada al mar es ladeada por las salinas, proceso a través del cual se produce la sal, otro de los productos que acompaña al dichoso plato característico de la Línea Noroeste.

Ya frente al muelle, se observa imponente el morro, un promontorio natural, acompañado de un “zapato”, que no es más que un macizo de piedra metido en el mar.

La playa solícita de bañistas.  Los venduteros ambulantes ofertando productos para matar el hambre y el calor.

En el pueblo, música por todos lados.  Los negocios reventados de motoristas, es que las motocicletas constituyen principal medio de transporte aquí.

PRODUCCIÓN ABUNDANTE
Montecristi es una de las provincias agrícolas más productivas de la República Dominicana.  Los cultivos más comunes, banano, arroz, melón, tomate, maní, sábila, alcaparra, aceituna, entre otros.

Una parte de la provincia es de vocación ganadera, mientras el mar adiciona otro oficio que es la pesca y en los campos silvestres se ven los caprinos por todos lados.

Un elemento característico es que la mayor cantidad de empleos que derivan de la agricultura recaen mayoritariamente en trabajadores de nacionalidad haitiana.  Esto debido a que los precarios montos que se pagan como jornal, y que los inmigrantes ofertan su fuerza de trabajo a un costo muy inferior a los dominicanos.

EL RELOJ

En el centro citadino, un reloj colocado hace casi dos siglos, sobre una torre de metal, se constituye en un monumento que más que seguir los pasos al tiempo con sus agujas, rivaliza con el morro y con cualquier paisaje o historia que este poblado colocado en el noroeste dominicano pueda guardar.

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